Capítulo 11: La pregunta no dicha.
— ¡¿Qué tu que?! —Bill se arrojo hacia delante y tapo con
brusquedad la boca de Aleia, si, buen momento para contarle que se había
acostado con Tom. En medio de la jodida clase de gimnasia, Bill se sintió
estúpido al haber elegido ese momento.
— ¿Quieres callarte? No necesito que todos aquí se
enteren —ella hizo silencio, sin embargo sus ojos seguían abiertos como platos,
Bill oculto una sonrisa, Aleia siempre tan “sencilla” con sus gestos.
—Joder… tu y el ¿Follaron? Quiero decir, un pene y un
culo…
—Que si, mierda, tu entiendes el funcionamiento de eso…
—Espera, tu nunca eres el de abajo… ¿No me digas que Tom
se dejo follar? —Bill enrojeció violentamente y negó con la cabeza— oh madre…
¿Ya no eres virgen? —Bill volvió a negar sin mirarla— Oh padre… ¡Santa mierda!
—Cállate.
—Deberías estar feliz, después de todo tu estabas
reservando tu culito virgen para Tom, misión cumplida ¿O no? —Bill la miro
dubitativo, Aleia estaba radiante por alguna razón, como si Bill fuera su mejor
amiga que se había casado recién, y como si ambas estuvieran chismoseando sobre
la luna de miel, pues no, esto no era así.
— ¿Quién dice que me estaba reservando para el?
Simplemente las cosas pasaron así, Tom no me iba a dejar meterla y yo estaba
caliente como el infierno, solo nos desahogamos y ya —Aleia suspiro, el brillo
de sus ojos fue desapareciendo, ella engancho sus dedos con los de el, para
demostrarle así cuanto lo quería.
—Bill, cariño, deja de fingir que no estas enamorado…
puede que hayan pasado dos largos años, pero se que tus sentimientos hacia el
nunca cambiaron.
— ¿Cómo demonios puedes saber eso? Mira lo que te dije
aquel “día” después de que Tom se fue, bueno eso cambio, ya no me gusta el,
solo esta muy bueno, admítelo yo nunca pude resistirme a una buen culo, solo
fue sexo.
— ¿Cómo lo se? Pues por que no hubieras salido corriendo
detrás de el en la fiesta de Darío si no hubieras estado enamorado… Además no
hubieras permitido que el te hiciera su esclavo con la tonta excusa de que le
debes la vida, tu no le debes nada a nadie, no importa lo que el diga —exclamo
ella exasperada, Bill la miro molesto.
— Yo fui tras el por que quería aclararle un par de
cosas, yo no tengo la culpa de que su amigo estuviera loco y tratara de
matarme, tu mismo lo viste, iba a abrirme el cuello en mitad de esa asquerosa
plaza si tu no sacabas del camino con el auto, Tom impidió que el cumpliera su
trabajo al final, así que creo que su punto es muy razonable…
— ¿Pero es que no te das cuenta? —ella le corto algo mas
airada al notar como Bill comenzaba a defender al de rastas— cuando tu padre te
castigó sin dejarte salir, tu por poco te volviste loco en esos días, estabas
insoportable y tu única preocupación era volver con Tom, ¡No lo niegues! Ni
siquiera pensaste en que tenías el castigo como excusa perfecta para librarte
al fin de ir a limpiar ese maldito almacén.
—Fabrica —la corrigió Bill.
—Bueno lo que sea, mira yo nunca creí decirte esto pero…
quizás deberías evitar tener mucha cercanía con Tom… ¿Qué pasara cuando el te
rompa el corazón? —Bill suspiro.
—Nada Ale, no me pasara nada, todo seguirá igual.
Un oscuro secreto acechaba a Erick Kaulitz, uno que el
había tratado de ocultar durante los últimos 20 años, uno del cual ni se habría
acordado de no ser por esa mañana desastrosa…
Como siempre era mas temprano de las ocho de la mañana,
el siempre llegaba antes que sus colegas, incluso llegaba antes que Robert
Trümper, la cabeza principal de las empresas asociadas, los empleados de menor
rango estaban ya todos en sus posiciones haciendo su trabajo, ellos,
acostumbrados a ver a su jefe llegando temprano lo saludaron amablemente, se
metió a su elegante oficina y tomo asiento tras el carísimo escritorio de
caoba, prendió su ordenador y abrió el cajón principal del ya antes mencionado
escritorio, al principio revolvió entre los papeles sin darse cuenta de nada,
pero poco después un sobre resbalo entre sus dedos, llamando su atención, ya
que el no recordaba ningún sobre entre sus cosas.
Lo tomo entre sus manos mirándolo por todos lados, no
tenia nada escrito, así que sin mas lo rompió, y tomo la carta que había
dentro, estaba claro que había sido hecha por una impresora de un computador,
comenzó a leer y mientras mas leía mas pálido se ponía, por que tan solo en diez
segundos tuvo que recordar diez años de un horrible pasado que jamás hubiera
querido que le alcance, pero nada en esta vida es tan fácil, tuvo que recordar,
a partir de ahora su vida seria una pesadilla, la suya y la de su familia.
Estaba en muchísimo peligro, pues si el sujeto había
podido entrar y dejar el sobre ahí en su oficina, y nadie lo había visto, nadie
había dicho nada, significaba que el sospechoso era alguien que entraba ahí muy
a menudo, tenia un espía en su mismo lugar de trabajo, y no sabia quien era,
habían unas pocas personas que entraban a su oficina por que necesitaban algún
documento, pero también pudo haber sido alguien de limpieza, o algún empleado
que nunca entraba a su oficina y solo lo hizo para dejar la carta, habían un
millón de posibilidades y el estaba sencillamente en el punto mas peligroso en
ese momento.
Bill reviso su celular cuando este emitió un pitido, era
otro mensaje, de Vincent que decía que pasaría a recogerlo al día siguiente a
su colegio, Bill se había animado a aceptar la invitación, no supo por que
motivo, pero extrañaba el ambiente de gente de su… mismo status social por no
encontrar otra forma de decirlo, hacia mucho tiempo que no iba a las fiestas
que sus amigos organizaban, y con horror descubrió que se había estado
acostumbrando a los tragos de baja calidad y la coca cola, además de los
cigarrillos baratos, era hora de un poco de su propio ambiente.
— ¡Ale! —llamo una de las porristas— la entrenadora te
espera para entrenar…
—Maldición me olvide del entrenamiento ¿Estarás bien
Bill? —pregunto ella preocupada hacia su amigo.
—No soy un niño pequeño —dijo Bill enfurruñado.
—Bueno, actúas como uno por lo cual me preocupo… ¿Me
pasas a recoger luego de practica?
—Vale, vale adiós —ella se alejo rápidamente y Bill
camino sin prisa hacia su auto, algunos estudiantes lo saludaban amablemente
tratando de llamar su atención de cualquier forma, el solo contestaba cada
saludo con un gesto neutro pero ensayado para parecer seductor al mismo tiempo,
y mantener su fachada de super star.
Llego hasta su audi y lo abrió para subirse, recién
atardecía, tomándolo totalmente por sorpresa una persona abrió la puerta del
acompañante y se metió a su lado, Bill salto asustado, un poco mas y habría
salido corriendo del auto como un loco asustado, después de todo habían muchos
ladrones que utilizaban esa técnica para robar…
Pero asombrosamente se relajo al ver que solo era Tom,
aun que no entendía por que ya que su reacción debería ser exactamente lo
contrario, sobre todo después de lo que había pasado la ultima vez que se
habían encontrado. No todo termino tan bien después de que Bill le echara a Tom
en cara unas cuantas cosas.
—Conduce —fue el seco saludo de Tom, Bill encendió el
motor y salio del colegio lo más rápido que pudo, no quería ser visto con Tom,
este vestía demasiado extraño, demasiado “callejero” comparado con la ropa mas
cara, de ultimo modelo en las tiendas, que solían usar sus amigos.
— ¿Hacia donde? —pregunto Bill una vez salieron del
colegio.
—Hoy tengo ganas de emborracharme así que iremos a un
hotel —dijo Tom tranquilamente— el que tú decidas.
—No se mucho sobre hoteles —dijo Bill.
—Entonces busca alguno, joder —Tom parecía bastante
nervioso por que saco un join de marihuana y comenzó a fumarlo rápidamente,
Bill busco algún hotel y no vio ninguno, se alejo de la zona escolar y pronto
un alto edificio con el nombre “Diplomat” los recibió, Bill entro al lugar
donde le indicaron, era un espacioso estacionamiento, ambos se bajaron, Tom con
sus manos en los bolsillos y oliendo a hierba.
—Una habitación —dijo Tom simplemente extendiendo una
tarjeta de crédito, Bill se sorprendió ¿Acaso la habría robado? Se encogió de
hombros y siguió a Tom, unos niños pasaron corriendo mientras su madre les
gritaba que dejaran de hacer el tonto, subieron por el ascensor y entraron a la
habitación 305.
— ¿Y ahora que? —pregunto Bill sentándose en la cama,
esta era suave y cómoda, había un enorme televisor a uno de los costados.
—Pide un vino, o cualquier cosa que tenga alcohol —dijo
Tom encerrándose en el baño, Bill se encogió de hombros y pidió un vino, ¿Por
qué Tom lo habría traído a este lugar? ¿Quería repetir…?
Bueno, Bill no se lo permitiría esta vez, no después de
lo de la prostituta. Pronto trajeron la botella y dos copas, Bill dejo todo
dentro y espero, minutos después Tom salio del baño con la cara húmeda, se
notaba que se había mojado el rostro y el cuello con agua fría pues su piel se
había puesto de gallina, Tom sirvió rápidamente en las dos copas y se bebió la
suya de un tirón, Bill solo bebió un sorbo, Tom volvió a llenar su copa pero no
dijo nada, aun que esta vez bebió mas lento.
— ¿Dónde esta Bill? —pregunto Erick ni bien llego a su
casa.
—Aun no regresa del colegio —dijo su esposa que tomaba
una copa sentada elegantemente en el sillón.
— ¿Podrías llamarlo? necesito hablar con el es urgente,
dile que regrese ya —ella tomo el teléfono y marco el numero de su hijo, nadie
contesto, marco de nuevo y esta vez le colgaron, frustrada colgó el teléfono,
espero algunos minutos mientras se acababa su copa.
— ¿Ya lo llamaste? —pregunto su marido luciendo muy
ansioso, ella asintió con la cabeza dejando a un lado su vaso vació.
—No me contesto, tratare de nuevo —cuando llamo el
teléfono estaba apagado, enojada con su hijo colgó el teléfono y resoplo— el
muy… apago su teléfono.
— ¿Qué?
—Primero no me contesto, luego me colgó y ahora el
teléfono esta apagado, supongo que no quiere ser encontrado…
—Eso no es posible, debió haberle pasado algo —dijo el
hombre asustado, mas pálido que nunca, ella noto que temblaba, entre sus manos había
un papal arrugado.
—No es la primera vez que Bill nos apaga el celular,
sabes que es parte de su caprichosa personalidad ¿Por qué te pones así? ¿Qué es
eso que tienes en la mano? —señalo ella.
—Ah no es… solo, algo de la oficina, escucha, es muy
importante encontrar a Bill, dile a Saki que vaya a buscarlo al colegio, seguro
se quedo esperando a Aleia —dijo Erick saliendo a toda prisa de la sala para
correr a encerrarse en su despacho ¿Lo tendrían? ¿Esos malditos bastardos tendrían
a su hijo? Si así fuera el rezaba para que lo mantuvieran con vida, Dios mío, pensó,
que no dañen a mi hijo.
Su teléfono vibro por tercera vez, cuando vio el
identificador “casa” tomo la decisión de apagarlo, no quería volver a casa, no quería
que lo siguieran molestando, tenia dieciocho años por favor, el sabia lo que
hacia o no hacia.
Además después del vino, el fernet y el vodka estaba algo
ebrio, al parecer Tom también, ya que hablaba sin parar…
—…realmente odio cuando esos tipos se aparecen así como así,
es ridículo, no tienen modales, como si fueran dueños de la maldita calle, si
quieres comprar mi mierda preséntate como es debido puto de mierda, esto no es
un negocio local a la vuelta de la esquina, esto es algo serio, hijos de perra…
—decía Tom molesto, recordando a esos sujetos que se habían atrevido a ir a
buscarlo sin previa cita para comprar drogas, se acabo el vaso de vodka de un
solo trago, ya no había mas, Tom lo dejo a un lado y se dejo caer en la cama—
extrañamente estas muy callado.
—Y tu demasiado hablador —dijo Bill trabándose tremendamente
con las palabras, se acabo su propio vodka y se tumbo en la cama, estaba
totalmente adormecido así que comenzó a reír.
— ¿Realmente estas tan borracho? —pregunto Tom con una
matiz de diversión en su voz.
—Oh si, estoy ebrio, tendrás que conducir… espera, tu
estas peor… olvídalo —Bill se cubrió la cara con el antebrazo— ¿Por qué estabas
tan nervioso? —pregunto Bill mas desinhibido gracias al alcohol.
—Es por que… tenia que hacerte una pregunta —comento Tom
con algo de duda en la voz, Tom no solía dudar nunca, solo iba y hacia lo que
se le daba la gana, verlo tan indeciso sobre algo, lo hacia ver mas humano de algún
modo…
— ¿Solo eso? ¿Por qué no solo preguntas y ya? —le animo
con un pequeño golpecito.
—Por que es una estupidez ahora que lo pienso, tan solo olvídalo
—Tom saco mas marihuana y cargo una pipa, le dio la primera calada antes de pasársela,
Bill agarro el objeto llevándolo sensualmente a sus labios, fumo con tranquilidad
aun que en la primera calada sintió arder su garganta.
—De acuerdo… joder esa mierda es buena —dijo sintiendo al
instante los efectos de la hierba.
—Si lo es, estoy bastante “contento” —dijo Tom riendo,
Bill se sentó y se tambaleo en dirección al baño— ¿Vas a vomitar? —le molesto
el de rastas.
—Realmente no lo se —dijo Bill desde el baño— tal vez…
—Asqueroso —mascullo Tom encendiendo la tele después de
un rato Bill regreso con la cara y el pelo mojados, y luciendo menos mareado—
¿Ya?
—No paso nada, solo quería refrescarme, no debimos
mezclar tantas cosas distintas —mascullo Bill caminando hacia la cama donde Tom
estaba sentado observando la tele, sin darse cuenta Bill piso uno de los
zapatos de Tom y tropezó hacia delante, unos brazos lo sujetaron con fuerza, de
todas formas no se habría hecho daño cayendo a la cama pero Tom lo había
sujetado para que no cayera sobre EL precisamente.
— ¡Joder! ten cuidado, casi me golpeas las bolas —señalo
Tom su entre pierna, la rodilla de Bill estaba a centímetros del amiguito de
Tom, apoyada sobre la cama un poco mas adelante y lo hubiera aplastado, auch,
Tom lucia algo pálido y asustado al ver a su orgullo tan cerca de ser
lastimado, Bill quiso reírse pero no lo hizo por que de repente se dio cuenta
de lo cerca que estaban uno del otro, con Bill sobre el y con Tom sujetándole
los brazos para estabilizarlo, en esa posición sus caras quedaban tan cerca.
—Lo siento —dijo Bill observando sus labios, estaban tan
accesibles y nunca los había probado ¿Pero quienes si lo habían hecho? ¿Quizás Tom
había permitido a esa prostituta besarlo en la intimidad de la cama? Pero si
sabia con certeza de alguien que los había probado, por que el lo había visto
en primera fila, Jessica, ella sabia lo que se sentía besar esos perfectos
labios y juguetear con ese piercing… y el se sentía tan malditamente celoso de
eso, no podía evitarlo por mas que quisiera, suavemente se fue acercando hacia
Tom.
—Hey ¿Que crees que haces? —dijo Tom deteniéndolo.
—Nada —dijo Bill sonriendo inocentemente de lado, antes
de adelantarse bruscamente hacia delante y juntar sus labios con los de Tom, sintió
como este trataba de empujarlo, pero Bill se aferro a su cuello con sus largos
brazos, y no se dejo empujar, debido al alcohol ambos perdieron el equilibrio y
cayeron hacia atrás provocando que se separaran por breves instantes, pues Bill
rápidamente volvió a atrapar sus labios con firmeza, aprovechando de la embriaguez
del otro lo aplasto contra la cama, Tom se mantuvo tenso todo el tiempo, al
menos casi todo el tiempo ya que en el ultimo momento se relajo y dejo que Bill
disfrutara de su boca, pero quizás solamente lo hizo para despistarlo, pues ni
bien bajo la guardia Tom aprovecho para empujarlo fuertemente a un costado.
— ¡¿Qué demonios estas…?! —Tom se tocaba los labios, incrédulo,
tenía las mejillas rosas— te dije nada de besos…
—Lo siento —dijo Bill encogiéndose de hombros— estoy algo
ebrio —se excuso casi inútilmente, una excusa que ni el mismo deseaba dar, a el
le gustaría gritarle a Tom en la cara que lo había besado por que en realidad había
querido hacerlo, simplemente por que lo amaba.
— ¿Bill tu…? —comenzó a preguntar el de rastas, pero
entonces solo se mantuvo en silencio, como si no tuviera el valor de acabar de
formular su pregunta.
— ¿Qué? ¿Qué me ibas a preguntar? —dijo Bill caminando de
rodillas sobre la cama, hasta quedar muy cerca de Tom— quiero besarte —agrego inclinándose
nuevamente sobre Tom que se mantenía recostado, todo el tronco de Bill se
inclino hasta que su pelo rubio toco la cara del pelinegro, ambos estaban
bastante ebrios y no eran muy conscientes de sus actos.
—Olvídalo —dijo Tom en un susurro, tratando de quitarle
importancia, Bill inevitablemente volvía a acercarse a sus labios, esta vez
Bill descubrió con asombro que Tom se dejo hacer aun que no respondió el beso,
el solo aprovecho esa oportunidad y beso a Tom con todo lo que tenia aun que
este no le estuviera respondiendo, eso no le importaba en ese momento, el sabor
de la boca de Tom lo estaba volviendo loco, sentir su lengua junto a la suya frotándose,
repentinamente Tom alzo sus manos para apoyarlas sobre sus hombros, Bill no se
lo esperaba así que fácilmente Tom lo empujo volteándolo, inmediatamente fue el
de rastas quien quedo sobre su cuerpo, aplastándolo contra el mullido colchón,
Bill sintió la caliente barra que formaba el pene de Tom clavándose en su
cadera, aun entre las capas de ropa Bill podía sentir el calor que el miembro
irradiaba sobre su piel, repentinamente la boca de Tom reclamo sus labios, obligándolo
a abrir la boca con su lengua que lo profanaba sin piedad, Bill gimió tan
fuerte dentro del beso, era tan placentero que estaba acaparando todos sus
sentidos, sus brazos envolvieron a Tom
posesivamente mientras disfrutaba de su repentino cambio de opinión en cuanto a los besos entre
hombres, para ser la primera vez que Tom se besaba con otro chico lo estaba
haciendo de puta madre, Bill estaba casi inconsciente y estaba mas que
encantado con el beso.
Cuando se separaron en busca de aire Bill no perdió el
tiempo y sus manos comenzaron a jalar de la camiseta de Tom, este dejo que se
la quitara, Bill jamás se cansaría de observar sus músculos bien tonificados,
amaba el hecho de que eran perfectos, ni muy pequeños mi muy grandes, solamente
perfectos.
Tom comenzó a desabrochar su cinturón y se detuvo a
observar a Bill, este levanto las manos de Tom y el mismo desabrocho los jeans
deslavados que traía sobre sus piernas, la prenda resbalo hasta sus rodillas,
Bill tuvo que alzarse para que Tom pudiera quitarse su camiseta, Bill
desabrocho sus propios jeans rápidamente y los jalo hacia abajo junto a su ropa
interior, no tenia vergüenza de que Tom lo viese, quería exhibirse, quería
mostrarle lo caliente que podía ser entre ellos, sin importar que ambos fueran
hombres. Vio la vista del pelinegro centrarse en su polla, la entrepierna de
Bill era de un color de piel bastante claro dejando ver las venas por debajo la
piel, y tenia la punta de un color rosado que enrojecía violentamente a cada
instante.
Tom llevo su mano hacia el pene de Bill como tanteando el
terreno, Bill trato de no reírse, solo espero que Tom fuese a su propio ritmo,
lo vio tomarla con su mano y jalarla un par de veces, un fuerte placer recorrió
su espalda, se arqueo y gimió bajito, cuando volvió a mirarlo se encontró con
los ojos de Tom sobre los suyos, mientras este lo acariciaba suavemente, Bill
se pregunto que estaría pensando Tom, ¿Le estaría gustando todo eso? ¿Quizás
tocar tan de frente la polla de otro hombre lo haría retroceder? Tom ya lo había
masturbado antes, pero cuando se lo estaba follando de cuatro, mas centrado en
su polla apretada por el culo de Bill que en su mano masturbando otra polla, así
que eso no contaba mucho; esto era diferente, Tom lo estaba acariciando
totalmente centrado en eso, además de que sus ojos estaban observando todo el
espectáculo gay de primera fila.
Todo eso junto ¿No seria demasiado para el? Bill cerró
levemente sus piernas mordiéndose los labios.
— ¿Qué sucede? ¿Te lastime? —pregunto Tom deteniéndose,
Bill a veces no podía creer que ese Tom fuera el mismo Tom que vendía drogas en
la calle, simplemente era tan cuidadoso a veces que lo desconcertaba.
—No, es solo que… no tienes que hacerlo si no quieres
—mascullo Bill algo ruborizado sus manos bajaban para cubrir su pene, Tom las
aparto de un golpe.
—Entonces házmelo tu a mi también, para que parezca que
yo me lo estoy haciendo a mi mismo —dijo Tom pateando sus pantalones y su ropa
interior a un costado, se puso sobre Bill presionando su polla contra la de
Bill, la de Tom era al menos un centímetro mas larga, y su color era mas dorado
no tan blanco como el de Bill, pero ambas estaban duras y tenían una gotita húmeda
en las puntas, y cuando Bill las vio juntas, la de Tom apoyada sobre la suya,
tuvo que pensar en algo realmente feo para evitar correrse con la visión.
Bill llevo sus manos hacia ambas pollas y la de Tom las cubrió,
Bill realmente no podía seguir viendo eso o inevitablemente se correría, busco
los ojos de Tom, pidiéndole silenciosamente algo que inmediatamente le fue
concedido, Tom se inclino hacia su rostro y capturo sus labios, mordió
suavemente el inferior y sus alientos se fundieron, sus jadeos eran aspirados
por el otro mientras su lenguas se fundían en una ardiente batalla, Bill gimió
cuando el liquido que emanaban ambos fue suficiente para lubricarlos, y que las
caricias fueran mas placenteras, un ronco gemido de Tom invadió su boca.
—Quiero… entrar —casi gruño este besándolo, ambos tenían
los labios hinchados pero no podían detenerse.
—Hazlo —pidió Bill lastimeramente, su mano empujo a la de
Tom mas abajo, su mojado dedo acaricio sus testículos y luego bajo hacia su
entrada, Bill rodó los ojos antes de cerrarlos y arqueo la espalda.
—Joder Bill, eres tan caliente —le susurro Tom metiendo
su dedo lentamente girándolo y hundiéndolo hasta el fondo, Bill sintió la
molestia inmediatamente pero la ignoro mientras sus manos seguían masturbándolos
a ambos, Tom besaba suavemente sus hombros y su cuello, relajándolo mientras metía
otro dedo, Bill suspiro, eso era casi irreal, era muy diferente a tener sexo,
al menos el lo sentía mucho mas intimo que tener sexo, era casi, casi, como hacer
el amor.
Tom saco sus dedos y escupió sobre ellos, pronto Bill
tuvo tres dedos incrustados dentro, uno de ellos llegaba a tocar su próstata ocasionalmente,
lo que era suficiente para tenerlo derretido sobre las sabanas.
—Ya —gimió Bill girando su cabeza de un lado a otro, podía
sentir su cabello haciéndole cosquillas en la cara por moverse tanto sobre las
sabanas, nunca se había sentido tan listo para recibir a Tom como en ese
momento, hasta que una pregunta acabo con parte de la magia que se había creado
en esa habitación de hotel:
— ¿Tienes condones? —pregunto el de rastas sin dejar de
acariciarlo, Bill sintió como una piedra se instalaba en su estomago.
—No… por favor dime que tu si traes —después de todo
estaban en un hotel, no en un motel dudaba que hubieran condones, ¿O si? El no
iba a preguntar se negaba a pasar esa vergüenza.
—La verdad es que no —Tom no dejaba de atormentarlo con
sus dedos, Bill no podía parar ahora, realmente no podía.
—Yo nunca he follado sin condón… así que estoy limpio —le
dijo Bill mirándolo con decisión a los ojos, podía sentir que aun estaba
borracho, pero aun así era mucho mas consciente de las cosas, no podía parar
ahora que era consciente de eso en especial.
— ¿Confías en mi para que te penetre sin condón?
—pregunto Tom ligeramente sorprendido, Bill suspiro, ¿Tom tendría alguna
enfermedad? Después de todo… el follaba con las prostitutas de los barrios, quiso
decirle que olvidaran todo eso pero, lo quería tanto en ese momento… así que
hizo a un lado sus temores— tampoco he follado sin condón, jamás —agrego Tom.
—Entonces hazlo —dijo Bill decidiéndose, ahora no le
importaba, si luego tenia que afrontar las consecuencias lo haría pero en ese
momento simplemente no quería pensar. Abrió sus piernas incitadoramente, los
dedos de Tom entraron mas adentro cuando las piernas de Bill fueron jaladas
hacia atrás, Bill lo observo escupir en su mano y masajear su propio miembro,
su trasero consintió la pérdida de los dedos, pero se tranquilizo, pronto tendría
a Tom adentro, eso era mucho mejor que sus dedos.
— ¿Listo? —pregunto Tom posicionando la punta de su
desnuda polla en su entrada, Bill asintió abrazándose a su cuello, cuando sus
cuerpos estuvieron juntos sintió la polla de Tom entrar unos centímetros en su
orificio, engancho sus piernas alrededor de la cintura de Tom, aguardando el
embate, que nunca llego, Tom entraba lentamente tratando de no apresurarse, le
lastimaba pero no tanto como cuando Tom había entrado de golpe la ultima vez
que habían follado, los labios de Tom atraparon su pezón distrayéndolo del
dolor, Bill se arqueo ofreciéndole su pecho, los dientes de Tom lo mordieron provocándole
dolor, pero un dolor suave que solo hizo incrementar su placer, su liquido mojo
su vientre al sentir a Tom al fin completamente dentro, se quedaron quietos
solo besándose con calma, Tom se alejo de sus labios.
—No pienses ahora —le dijo Bill acariciando su mejilla— muévete
y no pienses en nada —dijo suspirando mientras Tom comenzaba a moverse, Tom se
acomodo en su cuello dejando suaves besos y mordidas mientras sus embestidas
aumentaban de velocidad, Bill gimió cuando sintió el placer subir por su
columna —mas… —jadeo Bill casi sin voz, Tom mordió fuertemente su cuello sacándole
un desesperado gemido, Tom levanto sus caderas hacia arriba, apoyándolo sobre
sus piernas, el nuevo ángulo hizo que Bill gritara, Tom atrapo su boca tragándose
sus gemidos, Bill no iba a aguantar mucho mas, enterró sus uñas en los hombros
de Tom y se corrió, Tom seguía penetrándolo lo que hizo que su orgasmo se
intensificara, Bill sintió asombrosamente como su polla soltaba dos chorros mas
como si no acabara de descargarse, dos embestidas después Tom se apretó tanto
contra el que lo dejo sin aire en los pulmones, Bill podía sentir cada latido
que daba la verga de Tom al descargarse dentro de el, sus músculos se relajaron
lentamente, Tom hizo el ademán de salirse pero Bill lo detuvo con sus piernas.
— ¿Qué? —pregunto Tom aun algo agitado, Bill lo atrajo y
beso castamente sus labios por un momento, luego lo dejo ir.
—Me duelen las piernas —comento cuando Tom dejo que las
bajara a la cama— entre otras cosas… —agrego con una sonrisa.
— ¿Qué esperabas? Después de todo acabas de acostarte
conmigo —dijo Tom abrazándolo, Bill sintió como casi de inmediato se dormía,
era mas que obvio que los orgasmos le provocaban a Tom un profundo sueño,
minutos después Bill escuchaba la tranquila respiración de Tom, el de rastas se
removió entre sueños, Bill sonrió cuando lo sintió acomodarse casi encima de
el, ¿Queria aplastarlo o que? Poco a poco el alcohol y el cansancio hicieron su
esfuerzo y Bill se quedo dormido.
—Aleia —Erick vio a la chica sentada en una de las bancas
del colegio— ¿Qué haces sola a esta hora?
—Señor Kaulitz —dijo ella sorprendida detrás de Erick iba
Saki mirando a todos lados como si algo pudiera atacarlos en cualquier momento,
Aleia sintió que no debía delatar a su amigo— solo estaba… esperando a papá —mintió
ella sonriendo a medias.
— ¿No has visto a Bill? —preguntó el hombre nervioso—
apago su celular —agrego, ella lo sabia, después de todo cuando Bill se había
atrasado para ir a buscarla al colegio, ella lo había llamado al celular que
efectivamente estaba apagado, ¿Dónde demonios estaría?
—Lo vi por ultima vez en la salida, quizás tenia cosas
que hacer… cosas del colegio —mintió ella tratando de ayudar a su amigo, no quería
que su padre lo riñera por lo que sea que Bill estuviera haciendo, ¿Cómo se le ocurría
desaparecer así? Aun que sea si le hubiera dicho a donde iba ella habría podido
cubrirle las espaldas con su padre.
— ¿Estas segura de que no sabes donde esta? Esto es muy
urgente, Aleia —le insistió el hombre, ella noto cuan nervioso se veía, incluso
parecía un poco paranoico.
—No lo se señor Kaulitz, ¿Qué sucede? ¿Paso algo?
—pregunto ella confusa.
—No… tengo que hablar con mi hijo eso es todo, si lo ves
por favor avísale o si es que te llama, realmente es urgente, y vete a tu casa
es peligroso quedarse hasta tarde —dijo por ultimo antes de irse.
—Claro señor Kaulitz —se despidió ella haciendo como que
se marchaba a su casa ¿Dónde demonios estaba Bill?
Cuando abrió sus ojos estaba bastante oscuro, Bill encendió
su celular y este inmediatamente comenzó a llenarse de mensajes, Bill no les
hizo caso, se fijo en la hora, y se puso pálido, eran más de las once de la
noche, su padre iba a matarlo, estaba en problemas.
—Tom, levántate me tengo que ir —a duras penas se quito a
Tom de encima, aun seguía algo borracho, pero sentía que ya podía conducir
decentemente al menos, se puso de pie e inmediatamente comenzó a sentir como un
tibio liquido chorreaba por entre sus piernas, Bill maldijo, joder era tan
sucio hacerlo sin condón, ¿Por qué demonios había tanto semen de todas formas?
¿Qué era Ton un caballo o algo parecido? Bill se dirigió rápidamente al baño
para asearse, a cada paso que daba mas liquido salía de su entrada, encendió la
ducha y comenzó a jabonarse.
— ¿Qué demonios estas haciendo? —escucho preguntar a Tom
quien estaba parado en la puerta del baño con su desaliñada apariencia de recién
levantado, rascándose la cara y bostezando.
—Son las once, creo que cuando llegue a casa mi padre
cortara mis bolas y me las pondrá como cascabel en el cuello.
—Vamos, no seas dramático —Tom se metió a su lado en la
ducha y comenzó a restregarse con el jabón.
—Apague mi celular por que me llamaban de casa,
prácticamente me escape para estar aquí contigo, mi padre definitivamente va a
matarme —dijo Bill acabando de ducharse, Tom lo agarro por la cintura y lo pego
a la pared— ¿Qué?
— ¿No hay segunda ronda? —pregunto Tom besando su cuello,
Bill bufo.
—Con gusto —mascullo en voz bajita— pero tengo que irme a
casa antes de que mi padre se vuelva loco— su celular comenzó a sonar— ¿Lo vez?
Ya me están buscando— Tom soltó una risita.
—Si el tamaño de mi pene es demasiado para ti solo tienes
que decírmelo, no pongas excusas, solo di “Tomi tu pene es muy grande y lastima
mi culito apretado” —le molesto Tom al oído mordiéndoselo, Bill sintió como su hombría
se erguía ante las atenciones que Tom le estaba dando a la zona de su cuello.
—Eres un estúpido —dijo Bill rindiéndose ante el ataque,
se abrazo al cuello de Tom y este devoro sus labios, el agua caía sobre ellos, empapándolos,
Bill comenzó a restregarse contra Tom, quien lo empotro con la pared y le
obligo a abrir sus piernas, ambos penes juntos, Tom los sujeto y comenzó a
masturbarlos rápidamente, pronto tuvo a Bill gimiendo como loco, Tom se inclino
hacia delante, hundiendo su rostro en el cuello de Bill, memorizando su olor
tanto como pudiera, el orgasmo estaba muy cerca, podía sentir a Tom que también
temblaba, ambos estaban por llegar, Bill se dejo ir al mismo tiempo que Tom.
Bil grito su orgasmo mientras que Tom mordía su cuello
para acallar el suyo, y a Bill le pareció correcto, quizás estaba enloqueciendo
pero estaba esperando esa mordida en su cuello.
— ¿Bill tu…? —volvió a susurrar Tom, Bill deseaba que
continuara, pero Tom no lo hizo— olvídalo.
¿Qué era lo que le quería preguntar? ¿Qué era eso que Tom
no se atrevía a mencionar?
Bill estaciono en el garaje de su casa y trato de
escabullirse hacia su habitación, tarea imposible desde un principio.
— ¡Bill! —chillo su madre al verlo caminar de puntitas
hacia las escaleras, ella usualmente ya estaba dormida a esa hora, así que ¿Por
qué justo ese maldito día tenia que estar despierta?
—Hola… mamá.
—Nada de “hola” ¿Dónde estabas? ¿Sabes que tu padre esta
volviéndose loco buscándote? —ella marco con el teléfono de la casa— ¿Hola
Cariño? Si el ya esta aquí, de acuerdo, te espero.
— ¿Papá salio a buscarme? —pregunto Bill incrédulo.
— ¿Qué tiene de raro? ¡Son las doce de la noche! ¿Sabes a
que hora sales del colegio? A las seis, ¿Dónde demonios estuviste durante seis
horas? ¡Al menos podrías haberme contestado el teléfono! —Bill evito automáticamente
la imagen mental de el y Tom teniendo sexo, o de la corrida en la ducha, no
necesitaba una erección en frente de su progenitora, mucho menos cuando su culo
estaba metido en tantos problemas.
—Mamá no es la primera vez que soy de salida sin permiso
de ustedes, tampoco es la primera vez que les apago el celular, tengo dieciocho
años, no soy un pequeño niño, antes no me decían nada si llegaba tarde, ahora
lo están tomando muy enserio ¿Por qué tanto alboroto?
—Bill estas diciendo mentiras, nosotros siempre nos hemos
preocupado por tu bienestar —dijo ella molesta, aun que también ella se daba
cuenta de que últimamente Erick estaba mucho mas sobre protector que de
costumbre, de pronto un olor le llego a su nariz— ¿Has estado bebiendo? —dijo
ella frunciendo el ceño.
—Mamá, de nuevo soy mayor de edad…
— ¡Nadie en la sociedad puede conducir un auto en estado de
ebriedad! ¡Ni tú ni nadie! Podrías haber chocado, Dios mío cuando tu padre se
entere de esto…
— ¿Qué me tengo que enterar? —Erick estaba parado a un
costado de la cocina nadie le había oído llegar— ¿Qué mi hijo conduce bajo los
efectos de la droga y el alcohol? ¡Poniendo en riesgo su vida!
—Papá por favor, tome solo un poco.
—No mientas, el olor del alcohol es tan fuerte que puedo
sentirlo desde aquí, apesta, y tienes los ojos rojos, yo no nací ayer Bill.
— ¡Bueno esta bien! Pude haberme chocado y haberme muerto
y todo eso, pero nada pasó ¿De acuerdo? Estoy bien, si nada pasó entonces ¿Por
qué hacer tanto lío? —dijo Bill molesto, sus padres estaban poniéndose
realmente pesados pesados.
— ¡¿Tanto lío?! ¿Crees que perder la vida es un chiste?
Si no aprendes a cuidar de ti mismo tendrás que aprender a depender de otros,
Saki velara por tu seguridad a partir de ahora.
— ¿Qué? —rugió Bill— ¡No me puedes poner niñera otra vez!
¡No te lo permito!
—Tú no dices que se hace y que no se hace en esta casa
Bill, son mis órdenes, y no iras ni a la esquina sin seguridad personal, y nada
de lo que salga de tu boca me hará cambiar de opinión, ahora puedes retirarte a
tu habitación.
— ¡Esto es injusto! ¡Te vas a arrepentir! —amenazo Bill
saliendo como una tromba de ahí, el portazo no se hizo esperar, Erick no se
asombro de la reacción de su hijo, y el estaba usando una excusa para
castigarlo, para ponerlo al cuidado de Saki, nadie debía encontrar a su hijo,
estaba seguro que lo usarían en su contra, tenia que protegerlo aun a costa de
su cariño.
Cuando vi esta imagen supe que tenia que ponerla, es que
simplemente encaja tan perfectamente con este capitulo Aliss es una diosa, le
quedo genial la manip.